Los Caifanes
- Jrz Beat
- 29 jun 2020
- 3 Min. de lectura
En el corazón de la Ciudad de México, la noche teje una historia: los muertos reviven, la música suena en los salones y nacen los amores imposibles. Este clásico del cine ha marcado la filmografía mexicana y permanece por siempre en las memorias de aquellos que pudieron verla en sus primeros años, aún hoy en día encanta nuevos espectadores y ha llegado incluso hasta el punto de darle nombre y personalidad a una de las bandas más representativas de nuestro rock.

Los Caifanes es una película dirigida por Juan Ibáñez y protagonizada por Julissa en el papel de Paloma, con la participación de Oscar Chávez en el papel de “El Estilos”.
Después de salir de una fiesta y resguardarse de la lluvia en un auto abandonado, Paloma, una destacada miembro de la sociedad cultural de la época, y Jaime, su novio, son interceptados por un grupo de malvivientes que se hacen llamar a sí mismos caifanes (palabra que se refiere tanto a un rey del barrio, como a un vago). “El Gato”, “El Mazacote”, “El Azteca” y “El Estilos” ofrecen llevarlos a casa, pero durante el trayecto se encontrarán con una serie de inconvenientes que los obligará a pasar una noche recorriendo los barrios de la Ciudad de México.
La película es una ventana a la vida del México de los años 60, el viaje de Paloma y los caifanes se convierte en el viaje del espectador por los rincones desconocidos, fuera del mundo, donde la vida crece como una flor de cempasúchil y el surrealismo está en la vida cotidiana, donde la cultura existe como algo muy diferente a lo que entienden las personas que viven en las altas esferas de la sociedad.
Los escenarios, la vestimenta, los modismos al hablar, hunden al espectador en ese México que se esconde durante el día y sólo surge durante la noche, como el sol azteca que se mete en el mundo de los vivos para emerger en el mundo de los muertos. La trama pone a los protagonistas en toda clase de situaciones que los obligan a moverse constantemente por lo que el tránsito de una escena a otra es fluido y podría hacer entrar a la película dentro del género de one bad night
.
Aunque todos los personajes son carismáticos, Oscar Chávez (“El Estilos”) se lleva la batuta al ser el caifán con más personalidad, el factótum del grupo, lo que al final le ganará más de lo que tal vez esperó obtener en toda su vida.
Cabe destacar que la cinematografía no difiere en gran manera del estilo que manejaban muchas películas de la época, y que la adición del color la vuelve aún más disfrutable ya que permite contemplar más ampliamente la variedad de tonos que siempre ha distinguido a México.
El guion contiene diferentes retazos de poesía, tanto de la alta escuela como poesía urbana. Las canciones son deleitables, destacando “Fuera del mundo”, la canción insignia de la película que resume en una frase el conjunto de elementos que podemos ver y que al final, da ese toque contundente al cierre de los eventos.
La persona que vea esta película con la intención de encontrar en ella alguna referencia a la banda de Saúl Hernández quedará gratamente decepcionada, ya que si bien ambos elementos se caracterizan por recoger diferentes aspectos de la cultura mexicana en su respectivo arte, la banda Caifanes recurre a lo provincial y lo prehispánico en su sonido, mientras que Los Caifanes nos habla más de la vida dentro de la ciudad. Aunque si hemos de hacer una comparación, diría que la película podría relacionarse íntimamente con el primer trabajo de la banda, especialmente con el track “La Negra Tomasa” y a nivel visual con el segundo disco conocido como “El Diablito”.
Los Caifanes es una película clave para cinéfilos interesados en la evolución del estilo cinematográfico mexicano, una película que, al igual que nuestro país, cambia poco su esencia con el paso de los años y puede ser vista durante muchas generaciones sin que se pierda la fascinación que produce en el espectador, ya que se mantiene siempre actual.
Escrito por: Irám Díaz
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