Midsommar
- Jrz Beat
- 17 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Todos los países del mundo somos conscientes de la existencia de comunas en nuestros respectivos territorios, grupos de personas que prefieren vivir apartadas de la sociedad y de esta forma mantener sus costumbres y tradiciones. Esto siempre ha llamado la atención de curiosos que estudian estos comportamientos humanos y se han encontrado en su camino con cosas más allá de la comprensión de los habitantes de las urbes; figuras surrealistas y, en ocasiones, aterradoras.
Midsommar es una película que toma lugar en el Hårga, una comunidad en la provincia de Hälsingland, Suecia, a donde cuatro amigos hacen un viaje de descubrimiento, invitados por uno de estos con la intención de escribir una tesis acerca de la comuna y una celebración ancestral desconocida para los forasteros, la cual se lleva a cabo cada 90 años. Al llegar se encuentran con una población intacta por el tiempo y vestida para la ocasión, prados verdes y multitud de flores. Pero eventualmente se darán cuenta de que las tradiciones pueden ser difíciles de tragar y que separarse de lo cotidiano para buscar el folklore puede convertirse en el peor error de sus vidas.

Dirigida por el neoyorquino Ari Aster (quien haría su debut sólo un año antes con Hereditary), el hilo argumental de Midsommar nos adentra poco a poco en las vidas de los habitantes de Hårga, quienes a lo largo del filme van desprendiéndose de sus capas para revelar lo que existe bajo la blancura de sus ropas y la tranquilidad que rodea a su villa. El personaje principal se roba la película y de hecho, se trata del único personaje con una construcción real, la cual culmina de forma apropiada con los eventos a los que se va sometiendo durante el transcurso de la historia.
La ambientación de los escenarios nos muestra un pueblo donde casi nunca se mete el sol, lo que nos proporciona una sensación de confort en donde no existe el peligro y por lo tanto, no existe el terror. Pero como el subtítulo de la película en su traducción para Latinoamérica nos indica, “el terror no espera la noche” y Midsommar es una película diferente en este sentido, ya que en ningún momento sientes miedo, sino una gran curiosidad por la forma de vida de estos pobladores.
Las imágenes son crudas y en ocasiones se ha calificado a la cinta como “incomoda”, en mi opinión, esto se debe principalmente a la forma de vida a la que nos acostumbramos y la extrañeza que genera en nosotros ver el comportamiento de las personas que sabemos que están ahí, pero que crecen por su cuenta, con sus propias creencias y ritos.
En conclusión, Midsommar es una película diferente, con hermosas imágenes que engañan al espectador y una trama envolvente que, sin embargo, nos deja con muchas dudas y conflictos existenciales. No sorprendería que, a pesar de su corta existencia, esta se convirtiera en una cinta de culto.
Escrito por: Irám Díaz
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