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P.U.N.K’s: que tu orgullo sea tan alto como tu mohawk

  • Foto del escritor: Jrz Beat
    Jrz Beat
  • 30 jun 2020
  • 4 Min. de lectura

El verano del amor ya había llegado a su fin y las temporadas más crudas ya mostraban la cara, la pasividad había probado ser un fracaso y no había dejado más que frustración. Era el momento de estallar, de emitir un grito tan penetrante que haría sangrar los oídos de quien lo escuchara, la nueva táctica implicaba la guerra de guerrillas, el arrancamiento de la sociedad como quien se quita una costra; la delgada línea entre el amor y el odio había sido cruzada y los punks entraban rompiendo la pared con la cabeza.


La nueva subcultura se aferraba a la idea de ir en contra de todo lo establecido: Familia, religión, ideales políticos… todo estaba ahí para escupirle y luego autoinmolarse, como robar un auto y estrellarlo contra todos los aparadores antes de explotarlo en pedazos y lanzarlo al río.


Así es como surgen los punks, cuyo nombre adquiere distintos orígenes, pero yo me guiaré por el que un maestro de filosofía me dijo una vez, por el cual punk vendrían a ser las siglas para “People United for No Kings”, lo que se asociaba directamente con el origen británico de este movimiento. La banda pionera del punk en el Reino Unido sería The Clash, quienes aún cargaban con la herencia del rock más clásico de épocas anteriores y de hecho irían alejándose del género optando por sonidos más comerciales y dubs. La parte más destacable del punk legado por The Clash serían sus letras transgresoras que hablaban sobre desobedecer el reclutamiento militar, de la decadencia londinense o de la brutalidad policiaca.

Sex Pistols

Los punks realmente no pedían una voz que los representara, y por eso tantos grupos tuvieron la libertad de alzarse por sí mismos y conformar las multiples cabezas de este monstruo, Sex Pistols en Inglaterra y The Ramones en los Estados Unidos serían dos de los más sonados, con imágenes bastante distintas pero temas en común: la desobediencia civil, el desprecio por las instituciones y el culto a la anarquía.


Por supuesto que esto iba variando de acuerdo con el grupo, Sex Pistols tendría su origen como la cara de una marca de ropa y The Ramones se convertirían en una de las marcas registradas más rentables de su momento. Y es que el individuo punk no está hecho para vivir en el mundo real, y su obstinación por mantenerse en el escepticismo y el rechazo lo convierte en un niño berrinchudo al que a fin de cuentas terminas por ignorar.


La respuesta de los punks ante esto sería una de las imágenes más extremistas e identificables de entre todas las tribus urbanas, un peinado al estilo mohicano que se alzaba en claro rechazo a la ley de gravedad (y rechazo a lo británico, adoptando la imagen de un grupo nativo americano), el uso de artefactos como pines en la nariz y oídos, ropa remendada, picos y estoperoles por doquier; una imagen sacada de un documental donde los animales buscan lucir amenazantes para alejar a sus depredadores, que eran bastantes, pues la actitud del punk lo llevaba a meterse en riñas constantes casi como un requisito de pertenencia.




Así pueden escucharse muchas historias de integrantes de los Sex Pistols, quienes constantemente peleaban con sus fans y dejaron episodios como ese en el que Sid Vicious le rompería un bajo en la cabeza a un espectador que quería subirse al escenario.


Vicious sería para muchos el exponente más claro de una actitud punk, todos los que lo conocieron lo definían como un “idiota” que ni siquiera sabía tocar su instrumento, sólo se paraba en el escenario fingiendo tocar y buscando cualquier oportunidad de meterse en problemas. En una ocasión, llegó a tener un altercado con Freddie Mercury burlándose de él por su sueño de “llevar el ballet a las masas”. La respuesta de Freddie fue épica, pues únicamente se paró el cuello de la chaqueta y empujó a Sid fuera del estudio que debían compartir Queen y los Sex Pistols.


La decadencia de Sid llegaría no mucho tiempo después, pues luego de ser investigado por el asesinato de su novia, Nancy Spungen, él mismo sería encontrado muerto tras recibir una sobredosis de heroína de su propia madre.


Entonces nos queda la pregunta de ¿por qué alguien querría pertenecer a esta cultura?, pues porque es la más sencilla; Para ser punk no hace falta ser talentoso ni educado, no hace falta tener conexiones ni representantes de ningún tipo, sólo hace falta tener suficiente enojo contenido y deseos de enfrentar a la sociedad que ignora los problemas del prójimo.

De alguna manera, todos somos punks, vivimos buscando el reconocimiento, la individualidad, nos sentimos basura, pero sabemos que somos basura porque el mundo es basura, y no estaremos contentos hasta que todo lo incorrecto se alinee, mientras tanto seguiremos siendo el reflejo de lo retorcida y estúpida que es la sociedad moderna en sus raíces.


Como hemos mencionado, la actitud punk tiende a la autodestrucción, por lo que mantenerse dentro de esta tendencia es difícil si no imposible, muchos pertenecemos al mundo del punk solo por un tiempo para salir (como una especie de terapia de la ira) y volvernos a integrar a la sociedad. El punk ha trascendido a convertirse en una fase de la vida, como nacer, reproducirse o morir, y tuvo un fin noble para una tribu urbana que en realidad no esperaba más destruirse, hoy en día, donde quiera que reine la anarquía y el desorden en pos de un mejor porvenir, ahí estarán los punks.


Escrito por: Irám Díaz

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