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Saliendo de las sombras: Rockabilly, una America sin acento encuentra su lugar en el Rock n’ Roll

  • Foto del escritor: Jrz Beat
    Jrz Beat
  • 29 jun 2020
  • 5 Min. de lectura

Durante la resolución de la Guerra Civil Americana la promesa había sido echa y, desde las cenizas de la vieja Confederación, el Sur se alzaría de nuevo, esta vez no con armas, sino con una táctica más suave, como infiltrados en la forma de jóvenes con peinados altos y ropa típica adaptada a los nuevos tiempos, los “hillbillies” (los inadaptados de los Estados Unidos) se habían convertido en rockabillies.

La onda rockabilly nace durante los años 50’s con un estilo musical que combinaba el rock n’ roll con elementos del bluegrass y el country, estilos de cuello rojo con un origen puramente americano. Estos dos estilos musicales que geográficamente no alcanzaban a tocarse (siendo el country una invención de los americanos del Sudoeste mientras el bluegrass veía su origen en la música Apalache del Este) tuvieron su punto de encuentro gracias a la música rock y el rhythm & blues heredadas de la comunidad africana, por lo que podemos decir que en el estilo rockabilly ya se integraban estilos de los que en ese momento eran los tres grupos étnicos más representativos del país, una música de barras y estrellas.


Pero representativo no significaría lo mismo que representado en muchos de los casos, ya que la mayoría de los cantantes que darían popularidad al rockabilly serían caucásicos de ascendencia tales como Johnny Cash, Buddy Holly y Eddie Cochran. Y aunque algunos músicos afro-americanos como Chuck Berry llegaron a incluir música rockabilly en su repertorio, la America Blanca se mostraba siempre celosa de su género.


Pero en la otra cara de la moneda, fue en esta época cuando pudimos ver un acercamiento cultural de los rockabillies americanos a la cultura nativo-americana, la cual puede observarse en la forma de vestir (la chamarra de cuero vería su origen en esta instancia) y el gusto por los artefactos y souvenirs de indígenas que lucían como adornos en las casas de familias europeas y en los cuellos de los jóvenes en forma de amuletos. Fue este el momento en que los Estados Unidos, una nación en clara ascensión, volvería la cara hacía el pasado y se daría cuenta de su pertenencia y la conexión que tenían con aquella tierra que ya no era extraña.


Es así como, después de años fluctuando entre distintas influencias extranjeras, la juventud americana encontraba su propia voz, y dentro de este grupo ninguna voz daría el mejor ejemplo que la del chico de Mississippi, un hombre que no tendría etiqueta y que sería conocido únicamente como “El Rey”.

Elvis Presley sería el arquetipo del rockabilly como ningún otro había podido serlo antes de él, marcando un estilo irrepetible que haría eco a lo largo y ancho del mundo. A partir de este momento, el rock adquiere su asociación con la rebeldía, la voz y los movimientos eróticos demasiado extremos para los tiempos; las chamarras de cuero y referencias a la vida libertina y criminal del inadaptado como una soap opera podían verse ya en todos los medios donde el Rey hacía acto de presencia.


La propaganda no tardaría en hacer mella sobre las mentes de la juventud educada bajo el viejo modelo. Los padres se habían quedado en el terruño, pero America era de los jóvenes, una tierra donde todos eran libres y ahora la brecha se había vuelto demasiado ancha para sortear, como Bob Dylan escribiría años después “Madres y padres a lo largo de la tierra… mejor empiecen a nadar o se van a ahogar, pues los tiempos están cambiando.”


El acceso cada vez más público al cine y la televisión no harían más que reforzar el movimiento, con actores como James Dean y Marlon Brando representando el papel de los chicos malos, pero sensibles en películas como “Rebel Without a Cause”. Ahora las chicas buscaban este modelo, y lo que comenzó por un estilo musical se convertiría en un atractivo estilo de vida. Muchas creyeron ser la Judy que despertara al ángel en el incomprendido criminal, un cliché que persistiría durante muchos años más y que no ha logrado borrarse del todo hasta la fecha.

La película “La Bamba” de Luis Valdez, aunque no fuera propia de la misma época, sí sería nuestro filtro para ver de qué forma lograría colarse el rockabilly a la comunidad latina en la figura de Ritchie Valens, quien añadiría ritmos latinos a la de por sí ya explosiva combinación de culturas, sin embargo, las circunstancias de la vida no le permitirían a Ritchie llevar esto más allá, pues moriría a los 17 años en un accidente de avión que tomaría también la vida de Buddy Holly en un día que sería siempre conocido como “El día que murió la música”.


Y es de esta manera como el rockabilly alcanza por fin los cuatro puntos cardinales, influenciando a muchas de las que serían luego las bandas más grandes del planeta, Los Beatles y Los Rolling Stones solo por mencionar dos en el Viejo Continente, que ya por sí mismas añaden bastante peso a la balanza. En México nacerían grupos al por mayor, entre los que destacaron Los Rebeldes del Rock, Los Seven-Teens, Los Apson, entre otros que ya estaban sampleando lo que escuchaban en la radio (principalmente en las fronteras) e interpretándolo a su manera, y esto se podía ver más que nada en las letras traducidas como meras adivinanzas, pues muchos no entendían inglés (cuanto más bajábamos hacia el sur, mayor era la alteración).


Y encontraríamos el pico más alto y al mismo tiempo la decadencia de la onda rockabilly en una nueva vertiente conocida como greasers la subcultura que bebería de este legado y lo convertiría en un fenómeno comercial hasta exprimirle la medula. El estreno de la película “Grease” sería el relato de los últimos días de la primera ola rockabilly, presentándonos autos de lujo y dramas juveniles que ya no presentaban al rebelde que integraba pandillas criminales y robaba tiendas de ruta, sino a uno más suavizado que corría arrancones en autos modificados y su mayor acto de rebeldía consistía en alterar el orden público con una coreografía musical, lo que podría darnos aún más tema debido a la cantidad de versiones que aparecerían luego de este último baile de la juventud rockera de la época.


Finalmente, el rockabilly se desintegraría para dar paso a nuevos géneros, siempre bajo la influencia de esta ola, la imagen de chaqueta de cuero y peinado alto jamás podría desprenderse del estereotipo del rebelde y es usada hasta el día de hoy por muchos artistas. Es de esta manera que el rock heredaría algunos de sus rasgos más típicos y se convertiría en lenguaje universal gracias al rockabilly, pues sería el producto de la integración de ritmos de personas de cada rincón del planeta.


Escrito por: Irám Díaz

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